Quien produce, Gana !
Todos, empresas y personas nos movemos en base a motivos y necesidades. El hambre es una necesidad que debe ser cubierta. Un propósito es un objetivo que, bien colocado y entendido, se puede convertir en un motivo. Las compensaciones en una empresa, suelen cubrir estos dos aspectos. Pueden cubrir una necesidad y llenar un motivo.
Ahora bien. Una compensación en sí no es suficiente. Toda empresa tiene siempre paquetes de compensaciones que las personas aceptamos libremente, pero también, a lo largo del tiempo se va perdiendo el brillo y esa compensación pasa a ser un commodity, algo desechable. Es por ello que ahora queremos hablar de los esquemas variables y cómo ayudan a mantener un interés fresco en la empresa.
Un primer beneficio de un esquema variable es que incentiva a la productividad, debido a una regla de oro muy sencilla: quien no produce, no gana. Y otra derivada: no gana la empresa, no ganan sus colaboradores. Entonces, este método de incentivar variablemente pone un tono distinto al trabajo diario; saca a las personas del activismo, del hacer algo porque hay que hacerlo, del aparentar estar ocupado para evitar llamadas de atención del jefe y los lleva a pensar que de su propio trabajo se deriva su compensación.
Otro beneficio es que ayuda a los empleados a pensar como dueños. Un negocio se mantiene y crece si sus resultados son consistentes, si en esencia, sus ganancias son mayores a sus inversiones y costos. Visto así, una compensación variable puede ayudar a tomar un mayor sentido de pertenencia, a verse como un jefe de su unidad de negocio (por pequeña que sea), en la que, en un fin de ciclo, los dueños tendrán que ver si el riesgo de su capital puesto en la empresa, está rindiendo suficiente utilidad para seguir con mayor interés en ella. Y de cara a esto, cualquier colaborador puede preguntarse, ¿Cuánto le he costado a la empresa y cuánto he aportado a su crecimiento? Si lo segundo es mayor a lo primero, está en el camino correcto.
Y un último regalo que una compensación variable puede llevar a una empresa es que su gente piense en crecer. Para cualquier empresario, es deseable que todo colaborador toque a su puerta y pregunte, ¿Qué más, qué sigue? Eso demuestra que el colaborador tiene hambre, quiere más. Y quiere crecer más porque sabe que también ganará más, dado que su crecimiento está en función del crecimiento proporcional de la empresa.
Visto así, darnos a la tarea de diseñar un plan de beneficios bien pensado, puede aportar mucho valor a todos y poner a la empresa en un alto camino de impacto y crecimiento.
Saludos queridos empresarios.
Emmanuel Valles